Por qué la responsabilidad individual es clave para lograr una vida saludable
Hay ciertos momentos que se prestan a que reflexionemos acerca de nuestros hábitos, como el inicio de un año, un cumpleaños importante o algún evento de especial relevancia en nuestras vidas. A pesar de esto, todos sabemos que enumerar propósitos es mucho más fácil que cumplirlos. Por ello, en lugar de fijar objetivos y frustrarnos por no alcanzarlos, ¿por qué no nos planteamos cómo ser más responsables para, así, lograr nuestras metas?
¿Es usted parte del problema?
El primer paso hacia la responsabilidad individual es ser honesto con los hábitos y comportamientos que adoptamos. Esto puede resultar difícil, pues solemos restar importancia a las malas costumbres o tratar de justificarlas de algún modo. Por ejemplo, puede que esté tratando de comer de forma más sana al tiempo que busca consuelo en la comida cuando tiene un mal día. Quizá intente beber menos, pero eso no le impide justificar un vaso de vino por la noche como recompensa tras un día largo. Ahora bien, ¿se trata de una recompensa real o, por el contrario, toma decisiones poco saludables a modo de distracción? Reconocer y aceptar la situación en la que se encuentra es un primer paso importante a la hora de asumir la responsabilidad.
Establezca una rutina saludable
Las rutinas nos aportan un propósito, una estructura y responsabilidad a nivel individual, y pueden ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. Muchas rutinas saludables tienen un efecto colateral positivo, y cuidar la salud física puede mejorar la mental. Por ejemplo, al seguir una dieta equilibrada y sana, tendremos más energía y nos sentiremos menos perezosos. Consumir abundantes frutas y verduras, proteínas magras, cereales integrales y grasas saludables proporciona al organismo los nutrientes que necesita para funcionar correctamente. Una rutina saludable también puede ir asociada a unos hábitos de sueño adecuados, que nos ayudarán a estar más concentrados y menos irritados al día siguiente.
Cuide su salud mental
Dejar nuestro bienestar mental en segundo plano puede originar un efecto dominó que afecte a otros aspectos de nuestra vida. Hay varias medidas sencillas que puede adoptar para asumir la responsabilidad de su salud mental. Practicar la concentración activa, meditar o llevar un diario son acciones que pueden aportarle estabilidad en los momentos difíciles. Cuando sienta estrés o ansiedad, reflexione sobre el origen de estas emociones. ¿Cree que su trabajo o su relación le afectan negativamente? ¿Intenta abarcar demasiado? O, por el contrario, ¿recibe pocos estímulos y siente aburrimiento y frustración? En función de sus circunstancias, limitarse un poco en sus aficiones o buscar otras nuevas podría resultar beneficioso.
Evite culparse en exceso
Debe reconocer que el camino para alcanzar sus metas tendrá obstáculos. Es importante recordar que el cambio lleva tiempo y que, probablemente, no todo será un camino de rosas. Puede ser frustrante que las cosas no salgan según lo planificado, pero la clave está en no rendirse. En su lugar, convierta estos momentos en oportunidades para la autorreflexión y recuérdese por qué decidió dar el paso para cambiar.
Siéntase responsable con ayuda de otras personas
Que el resto de las personas hagan que se sienta responsable le ayudará a seguir su rutina y acercarse a su objetivo. Si está entrenando para una carrera, por ejemplo, ¡búsquese a alguien con quien salir a correr! Será más fácil abandonar la comodidad de su casa si sabe que hay alguien esperándole. Además, es posible que no se sienta culpable si se salta su entrenamiento, pero sí lo hará si sabe que ha dejado tirado a alguien. En cualquier caso, no hay problema si trata de alcanzar un objetivo en solitario, ya que puede exigirse responsabilidad de otras formas. Tal vez podría hablar sobre sus planes con alguien para mantenerse motivado. Otra opción sería participar en un foro en línea o en un grupo en redes sociales para recibir apoyo.
Olvídese de todo lo que no esté bajo su control
… y céntrese en lo que sí puede cambiar. Por ejemplo, no puede evitar un conflicto familiar, pero sí cambiar su reacción ante esta situación. No puede escapar de las situaciones en las que hay comida poco saludable de por medio, como fiestas de cumpleaños, pero puede apostar por la moderación. No se trata de privarse de cosas, sino de todo lo contrario. Ser consciente de forma activa de que tiene el control puede ser muy liberador.
Asumir la responsabilidad de nuestra propia salud puede ser todo un desafío, pero es esencial si queremos obtener resultados sostenibles en nuestras vidas. Lo primordial es ser honesto con la situación en la que nos encontramos y fijar unos objetivos realistas que nos ayuden a acercarnos al resultado que deseamos. El cambio necesita tiempo, así que no se desanime si las cosas no van tan rápido como se esperaba. Siga centrándose en el motivo por el que estos cambios le parecieron importantes en primer lugar.