La importancia de la educación nutricional
A veces puede resultar confuso saber qué es una «buena» nutrición, especialmente cuando las palabras «nutrición» y «dieta» pueden estar estrechamente vinculadas.
La educación nutricional es el proceso de enseñar la ciencia de la nutrición: lo que su cuerpo necesita, por qué lo necesita y dónde puede obtenerlo.1 Una dieta «buena», por ejemplo, será la que funcione para sus objetivos. Si su objetivo es perder peso y adopta una dieta muy baja en calorías (alrededor de 600-800 calorías al día), probablemente alcance su meta de pérdida de peso. Esto convertiría esa dieta en buena en el sentido literal pero, en realidad, es muy probable que no tenga suficiente sustancia en ella para obtener los niveles de nutrientes diarios que su cuerpo necesita. Por eso una buena dieta no es necesariamente lo mismo que una buena nutrición.
¿En qué consiste una buena nutrición?
Una buena nutrición es simplemente consumir los alimentos que su cuerpo necesita para obtener la cantidad óptima de vitaminas, minerales, nutrientes, carbohidratos, proteína, grasas y agua. Esencialmente, es una dieta sana y equilibrada.
¿Por qué es importante la educación nutricional?
La British Nutrition Foundation enumera una serie de objetivos clave que demuestran la importancia de la educación en materia de nutrición:2
1. Ayudar a los individuos a reconocer que la comida es un requisito básico de la vida y debe ser disfrutada
Necesitamos comer para vivir. Así de fácil. Recibimos multitud de mensajes contradictorios sobre la comida desde el momento en que entramos en la infancia y la mayoría se centran en qué comer para tener buen aspecto. Lo que es realmente importante, sin embargo, es conocer qué comer para sentirse bien y estar saludable. Y como efecto secundario positivo, estos alimentos además le ayudarán a tener el mejor aspecto.3
2. Ayudar a los individuos a comprender los principios científicos subyacentes para la nutrición
Está bien decir que ciertos alimentos son saludables y nutritivos, pero ¿por qué? Cuando se comienza a entender la ciencia, se está mejor informado y previsiblemente más dispuesto a saciar el hambre con alimentos nutritivos en lugar de con aquellos que no tienen ningún valor nutritivo. La ciencia ha demostrado que la proteína, por ejemplo, es necesaria para que cada célula del cuerpo funcione, crezca y se repare.3
3. Permitir a los individuos aplicar sus conocimientos de conceptos y principios al tomar decisiones sobre alimentos
Nadie puede obligarle a comer determinados alimentos, ni a evitarlos, pero la educación apropiada hará que esté mejor preparado para tomar una decisión informada. Si usted sabe que los estudios han demostrado que la vitamina C puede ayudar a mantener su sistema inmunológico fuerte y mejor preparado para combatir ciertas enfermedades,4, es más probable que intente buscar fuentes de vitamina C. Si sabe que ciertos alimentos como las naranjas contienen altos niveles de vitamina C, estará en una mejor posición para elegir como tentempié una naranja, en lugar de, por ejemplo, una barra de chocolate.
Escuche a su cuerpo
Tenemos un sistema inmunológico integrado y nuestro cuerpo nos dirá cuándo nos falta algo que necesita. Solo tenemos que aprender a escucharlo. A veces esto es obvio. Si tenemos sed, sabemos que probablemente estamos deshidratados, por ejemplo. Los antojos de comida no siempre significan que nos falta algo sin embargo. Los estudios han demostrado, por ejemplo, que un sueño demasiado corto o de mala calidad puede perturbar las hormonas que regulan el hambre, lo que podría intensificar su deseo de ingerir alimentos altamente energéticos y con gran contenido de azúcar, como el chocolate.5 Ciertos estados de ánimo también pueden hacer que anhele determinados alimentos: los estados de ánimo negativos parecen aumentar el deseo de alimentos «cómodos», por ejemplo.6
Descubra lo que mejor le funciona a usted
Aunque los antojos de ciertos alimentos pueden indicar una deficiencia, los estudios han concluido que la mayoría del tiempo no es así.7 Esto no es ninguna sorpresa si pensamos que lo que anhelamos generalmente son alimentos con poco o ningún valor nutritivo. Mucha más gente anhela un pastel o patatas fritas que una lechuga. No hay necesariamente un único planteamiento válido para una buena nutrición. Por supuesto, en un mundo ideal, solo consumiríamos lo que nuestros cuerpos necesitan, pero sería una existencia demasiado triste si evitamos todas las situaciones en las que esto simplemente no va a ser posible: tartas de cumpleaños, comidas navideñas, etc. Éstas pueden no ser las actividades más nutritivas, pero los beneficios que aporta a nuestra salud mental algo como quedar con amigos para comer tampoco se pueden pasar por alto. Como en la mayoría de las cosas de la vida, se trata de equilibrar, de encontrar el camino que más le convenga y si «tropieza», que sea a sabiendas. No se torture, simplemente trate de hacer una mejor elección la próxima vez.
- https://www.sciencedirect.com/topics/medicine-and-dentistry/nutrition-education [↩]
- https://www.nutrition.org.uk/foodinschools/programme/the-education-programme.html [↩]
- https://www.tandfonline.com/doi/full/10.4161/derm.1.5.9706 [↩] [↩]
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1541262/ [↩]
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3619301/ [↩]
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4302707/ [↩]
- https://link.springer.com/article/10.1007/s13668-020-00326-0 [↩]