El ejercicio como ayuda para un problema de salud mental
Cómo empezar a hacer ejercicio cuando sufre algún problema de salud mental
La importancia de la salud mental se está convirtiendo en un tema del que últimamente se habla mucho. Nuestra salud fisiológica y el mantener un estado mental saludable es tan importante como nuestra salud física. Afecta a cómo pensamos, sentimos y actuamos, determina cómo lidiamos con el estrés e influye en cómo nos relacionamos con los demás.1
Aunque la cruda realidad es que, el no tener un estado mental saludable es uno de los momentos en los que menos se está motivado para hacer actividad física, pero la realidad es que precisamente es el momento idóneo para beneficiarse de practicarla.
Debe replantearse el “ejercicio” y centrarse en las actividades de las que disfruta
El simple hecho de escuchar la palabra “ejercicio” puede resultar abrumadora, sobre todo cuando no nos sentimos motivados a hacerlo. Lo que suele pasar es que relacionamos el ejercicio con actividades que no disfrutamos, o momentos de la vida en los que nos obligaron a hacer ejercicio pero no queríamos, quizás en un día frío y húmedo cuando estábamos en la escuela. Sin embargo, lo mejor de ser un adulto es que usted decide qué hacer. No piense en ello tanto como ejercicio, sino como encontrar una actividad que le guste, que le motive a moverse. El ejercicio físico tiene muchos beneficios para la salud y no es necesario forzarse a soportar una sesión de cardio en el gimnasio para poder experimentarlos. Por ejemplo, podría salir a dar un paseo o simplemente pasar el rato en el jardín cuidando las plantas y quitando las malas hierbas. La jardinería es genial para la salud mental y fisiológica y el aire fresco siempre es bueno para el espíritu, pero incluso en días en los que el tiempo le desanime, puede intentar realizar un nuevo entrenamiento de baile u otro entrenamiento de movimiento en línea. Ahora mismo hay muchas opciones disponibles en Zoom, ya sea como parte de una clase o una sesión pregrabada, así que si no está cómodo haciendo ejercicio delante de otros, no se preocupe.
Programe los entrenamientos cuando esté lleno de energía
Todo el mundo es diferente. A algunos nos encanta levantarnos temprano por la mañana, mientras que a otros les cuesta levantarse, sin importar cuánto hayan dormido. Puede que se sienta más activo por las noches, o puede que quiera meterse en la cama a las 21:00. No importa que sea diurno o nocturno. Simplemente siga su ritmo. Varios estudios han expuesto algunos argumentos a favor de hacer ejercicio a primera hora de la mañana, ya que no interrumpe su rutina diaria y además le dará un impulso,2 pero no pasa nada si no es una persona madrugadora. Programe su ejercicio por la tarde o temprano por la noche. Aunque por la mañana temprano es ideal, no es el único momento.
Busque la comodidad
Haga lo que necesite para estar cómodo. Si no quiere inscribirse en una carrera de 5 km en la que sus amigos intentan que participe, entonces no lo haga, pero piense en sus motivos. ¿De verdad cree que no puede hacerlo? ¿Y si comenzara a entrenar antes y siguiera un plan? ¿Le preocupa que no tenga la ropa adecuada? Pregunte a otros lo que llevarían puesto o consulte los foros sobre carreras. Nunca debería sentirse presionado a hacer algo que no quiera, pero si se niega porque se siente incómodo con ciertos aspectos que puede superar fácilmente, tal vez debería pensar si hay algo que podría hacer para que la experiencia sea más agradable para usted.
Prémiese y sea amable consigo mismo
Sea cual sea su entrenamiento de movimiento preferido, asegúrese de correr su propia carrera. Siempre habrá alguien más apto y más fuerte que usted, pero siempre habrá alguien más apto y más fuerte que ellos también. No es necesario que se compare a sí mismo con los demás. Compárese consigo mismo. Si ayer no podía hacer algo que hoy sí puede hacer, incluso con dificultad, entonces premie ese logro. Cualquier cosa que haga hoy será mejor que nada que hizo ayer.
Convierta el ejercicio en una actividad social
Varios estudios han demostrado que las personas que hacen ejercicio en grupo podrían beneficiarse de una mejor salud mental que los que hacen ejercicio solos.3 El ejercicio en grupo ofrece una serie de beneficios que el ejercicio en solitario no consigue: la responsabilidad de acudir, la gente para motivarle y animarle a hacerlo lo mejor posible o para ayudarle a tomar impulso cuando tiene un mal día. También puede tener la oportunidad de conocer nuevas personas y nuevos entornos que, naturalmente, ampliarán sus contactos sociales y de apoyo. Sin embargo, una vez más, es importante recordar que todos somos diferentes. Si prefiere ir a caminar o correr por su cuenta, entonces está muy bien, y si prefiere hacer ejercicio en la comodidad de su propia casa, ¡también está bien!.
Por último, la mejor manera de comenzar con el ejercicio cuando tiene un problema de salud mental es encontrar una actividad con la que disfrute. Cuando lo consiga, el resto vendrá solo, de forma natural.